sábado, 21 de mayo de 2016

Subalternidad, antagonismo, autonomía. Marxismo y subjetivación política. Juan Duarte - Sergio Jimenez

Massimo Modonesi: Subalternidad, antagonismo, autonomía. Marxismo y subjetivación política.
Juan Pablo Duarte Rua
Sergio Antonio Jiménez Ruiz

“Gramsci entiende la dominación como una relación de fuerzas en permanente conflicto y define a los dominados como subalternos, proponiendo un nuevo concepto y esbozando su caracterización. Caracterización de las que, de aquí en adelante, llamará sistemáticamente clases subalternas (o grupos subalternos) que empieza a tomar forma, en estas mismas líneas, a partir de los siguientes elementos distintivos: pluralidad, disgregación, carácter episódico de su actuar, débil tendencia hacia la unificación.” (Modonesi, 2010: 32)

Las grandes revoluciones clasistas parecen ser un mero conflicto entre bandos antagonistas, llevada a través de un proceso a veces opacado por los destacados despliegues de fuerza climáticos que si bien son resaltados por los libros de historia tradicionales, pueden resultar desdibujando la quizá contraintuitiva y profunda relación entre éstos. Modonesi nos introduce a dicha relación, más parecido a una dialéctica que a un choque de autónomos, y al desarrollo del concepto subalternidad, la caracterización del individuo bajo la dominación, esta última siendo el punto de partida de su discurso. El autor, nos brinda un contexto histórico dónde ubicar además de la subalternidad otros términos asociados como dominación y subordinación dentro de Marx y los primeros pensadores del marxismo, y su elaboración conceptual posterior estaría en manos de pensadores como Gramsci.

Gramsci observa dos posibilidades como fin último del conflicto, una es la derrota, ésta significa la permanencia del grupo en la inferioridad, y la victoria, la cual implica el paso de la subalternidad a la hegemonía a través de la insurgencia, el cual además de ser un acontecimiento político es también un acontecimiento socio-cultural. La Escuela de Estudios Subalternos conciben la idea de una iniciativa autónoma para estos grupos -aunque contradictoria según Modonesi- y la hegemonía en contraparte intervendría saboteando estos intentos de unión a través del quiebre.
Finalmente la revolución pasiva resulta una alternativa que invierte el sentido de los estudios subalternos, siendo el cambio impulsado y orientado “desde arriba” con el fin de generar una transformación “ilusoria” manteniendo continuidad de fondo.

¿Es posible una revolución pasiva no “ilusoria”?

¿Existen realmente individuos o grupos no afectados por la subalternidad?

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