sábado, 21 de mayo de 2016

El monstruo bicéfalo, F. Vallejo. Juan Duarte - Sergio Jimenez

El monstruo bicéfalo, F. Vallejo

Juan Pablo Duarte Rua
Sergio Antonio Jiménez Ruiz

“La brecha, la brecha injusta, la brecha inmensa es entre los gobernantes y gobernados, entre funcionarios y ciudadanos. Aquí no hay servidores públicos. Esos son cuentos” (p.47).

Fernando Vallejo abrió el Congreso de Escritores Colombianos del año 1998 con un descriptivo discurso; el monstruo bicéfalo expone a la perfección la realidad de Colombia, ya sea la del pasado, la del presente y en nuestras manos está que no sea la misma en el futuro. Esta nación a través de su historia ha atravesado situaciones impensables, por medio de estas se generó un ser de múltiples cabezas, entre estas encontramos los partidos que han acompañado a Colombia desde sus inicios, el partido liberal y el partido conservador, aquellos que en su momento proliferaron la matanza del pueblo del cual decían querer la dirigencia, y que al final decidieron hacer un trato repartiéndose el poder sin siquiera voltear la vista a aquel río de sangre que desembocaron a través de las guerras.

Impuestos, leyes, constituciones, ordenanzas, plebiscitos y demás, ¿Cuántas de estas ha vivido Colombia a la par del tiempo sin siquiera obtener un desarrollo real?, la violencia existente en el pasado generó otras cabezas para este monstruo sin sentido, la guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico, como lo dice Vallejo éstas surgen de las anteriores dos y crean una hidra de cinco cabezas, la cuales hoy día buscan repartirse el poder de la nación, o más bien podría decirse que ya lo han hecho, este poder se transmite desde hace generaciones en un cuento desenfrenado de herencias, de padres a hijos, de compinches a hermanos, de victimario a victimario pero jamás a la víctima; se dibuja el boceto de la corrupción y la manipulación al ver que el Estado, el “Honorable” Congreso de la República, el gobierno en sí nunca se le ha presentado al pueblo como ha de ser, y el castigo cae en aquellos que han intentado denunciar este abandono funcionario-ciudadano, un disparo sin dirección concreta, derecha o izquierda no importa, aquel que ha intentado pronunciar palabra contra la realidad socio-política colombiana se encuentra hoy tendido en una tumba.

Colombia independizada o no, con el roto florero de Llorente o no, ha vivido un sin fin de historias sin sentido, el Frente Nacional o la narcoguerrilla, son solo ejemplos de lo que ha tenido que vivir una nación torturada y la duda es ¿Ha de caer siempre el castigo en aquél que intente cambiar la realidad?, ¿Es posible más que educar a una persona para que sea nuestra voz frente a estas injusticias, crear una figura inmortal a la cual seguir?, ya que en la actualidad no existen caudillos ¿Es posible reemplazarlos con un ideal permanente para cambiar el futuro?.

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