lunes, 23 de mayo de 2016

La modernización inconclusa, Consuelo Corredor Martínez. Camilo Piñeros

La modernización inconclusa, Consuelo Corredor Martínez.
Camilo Piñeros Torres
Juan Carlos Sierra Gómez

Con la crisis, esta problemática se ha convertido en un verdadero desafío tanto para los sectores que ven amenazado su orden de privilegios, como para quienes aspiramos a un orden basado en una mayor justicia e igualdad (Corredor Martínez, p.17)
Hay en éste enunciado una serie de ‘personajes’ y de ‘intenciones’; de una parte están quienes saben que tienen aún privilegios y no quieren perderlos, y de otra por quienes ya los perdieron o nunca los han tenido; todo el engranaje político nacional ha estado (y sigue estando) interpretado a la luz de quienes conservan una esperanza y trabajan en pro de ella, y de quienes sólo toman y se van con la oportunidad que trae cada encargo político.
Sin embargo, la autora toma un lugar, y a pesar de su visión apesadumbrada del escenario, propone en forma objetiva lo que nos parece una serie de objetivos, son cinco, y ellos se encauzan a señalar el ‘qué’: especificidades del desarrollo, el ‘dónde’ y ‘cuándo’: refiriéndose al contexto, el ‘cómo’: formas y espacios de expresión de los conflictos. El ‘quién’: los escenarios y los actores del proceso de desarrollo. Y finalmente un ‘para qué’: otorgar un lugar de primer orden a lo político como proceso de constitución de sujetos en actores.
Después de éste planteamiento metodológico, la autora ubica todo en un escenario superior, envolvente de todo el devenir local, así, desde la modernización se desea transformar el entorno material,  y desde la modernidad colocar al hombre como centro del mismo. Al aludir al cambio desde ambos ámbitos, se analiza la interacción entre ellos, sus particularidades y limitaciones conceptuales y fácticas, se menciona su ‘divorcio’ y sus consecuencias. Posteriormente la reversibilidad del proceso de modernización, sus efectos en la economía y en la política que causaron la fractura de la idea de progreso y llevaron a la democracia y autonomía a una categoría de ideario. Si bien sí hubo un ‘divorcio’ entre un proyecto de modernidad y la modernización, ésta última iba en avanzada, producto de la interacción hegemónica de sus actores y sus intereses políticos y económicos, que aunque no separada de la acción del estado, tampoco estaba subordinado a éste.
Analizado de forma cronológica desde 1930  a 1980 y de allí a la fecha del texto, 2001, y segmentado en dos sectores; el problema agrario y el desarrollo industrial, se analiza a los actores en el devenir político, económico y social y se interpreta la realidad histórica dándole a cada uno de sus participantes su lugar en el escenario. Siempre hay algo latente: un papel secundario en la intervención del estado.
¿Por qué el Estado presenta un papel de ausente en tantos lugares de la geografía?
¿Puede el Estado hacer la diferencia en el engranaje socioeconómico cuando sus poderes responden a los intereses del encargo político de cada administración?
¿A qué responde la actuación del Estado cuando restringe su acción en favor del sector privado si esto le impide socializar los beneficios, los recursos y la riqueza?

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